Doñana, Sierra Nevada, Picos de Europa, Timanfaya, Oropesa y Monte Perdido

parques nacionales

La Ley 42/2007, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, recoge las figuras de protección con las que pueden contar los espacios naturales del país, como reserva natural o área marina protegida. En su artículo 31 se define qué es un parque y algunas normas que se pueden establecer en los parques protegidos para garantizar su conservación: límite al aprovechamiento de recursos naturales, limitaciones de visitantes, prevalencia de los planes de uso y gestión del parque frente a planes urbanísticos, etc. También se detalla que los parques nacionales tendrán una legislación específica: la Ley 30/2014, de Parques Nacionales.

Parque Nacional de Sierra Nevada

Sus empinadas cimas, a la vez que dominan un inmenso horizonte, matizado de pueblos y de caseríos, con praderas llenas de verdura, están cubiertas de nieve y de hielos, que a la altura de 9.180 pies son perpetuos, a pesar del apacible clima del país pintoresco que las rodea (…). Granada, la bella Granada con sus jardines y sus ríos, y su vega riquísima de 12 leguas, aparece como recostada a los pies del enorme picacho de Veleta…» (Madoz, 1849). Representa los «sistemas naturales ligados a la media y alta montaña mediterránea».

Siemprevivas, dedaleras, tiraña, manzanilla de la sierra, violeta de Sierra Nevada, estrella de las nieves, amapolas de Sierra Nevada y acónitos, forman parte de las más de 2.000 especies vegetales (66 endemismos exclusivos), de gran vistosidad y colorido, que viven en el Parque. Anfibios, reptiles, mamíferos , aves y una rica entomofauna (80 endemismos exclusivos), conforman la fauna de Sierra Nevada, especialmente ligada a los hábitats de la alta montaña. La cabra montés, habitual de las altas cumbres, es la especie más característica del parque.

un laboratorio natural al servicio de la ciencia
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Parque Nacional de Sierra Nevada
La Alpujarra de Granada

Tradicionalmente conocida por sus valores naturales, Sierra Nevada es en la actualidad uno de los principales centros de biodiversidad por el conocimiento científico que genera el estudio de sus ecosistemas, lo que la convierte en un laboratorio natural para entender el funcionamiento de éstos en escenarios de cambio global.

La amplia información generada con el estudio de sus ecosistemas es lo que reúne el libro «El paisaje de Sierra Nevada. Un laboratorio único de procesos globales en España«, considerado la primera monografía de una única cordillera con un enfoque interdisciplinar al reunir información sobre todos los factores abióticos (clima y geología), un inventario biológico (plantas y animales, tanto acuáticos como terrestres) y la dimensión humana en las montañas.

La singularidad de Sierra Nevada es que es tan «variada y heterogénea» que el conocimiento de sus ecosistemas es extrapolable, al menos, al resto de montañas europeas y norteafricanas, explica a EFEverde Regino Zamora, catedrático del departamento de Ecología de la Universidad de Granada y editor del libro junto al profesor de la Universidad de Barcelona Marc Oliva.
Cambio climático y abandono rural

Entre los avances y conocimientos científicos que ha arrojado el estudio de la sierra en los últimos tiempos, tanto a través de los satélites y sensores allí instalados como a través del comportamiento de sus ecosistemas y lagunas, figuran los relacionados con el cambio climático, como la evidencia del aumento significativo de la temperatura en los últimos cien años.

Su estudio también ha evidenciado el abandono rural de las zonas de montaña, algo que «curiosamente, ha tenido un efecto positivo: la recuperación de la cubierta vegetal», mucho más abundante ahora que hace cincuenta o sesenta años, destaca.

Otro de los aspectos que diferencia a Sierra Nevada de otros macizos montañosos es su capacidad para retener especies debido al hecho de ser tan «grande y heterogénea» y al abanico de temperaturas en la zona, lo que le permite disponer de rincones donde «cualquier especie puede pasar un tiempo», aunque las condiciones no sean las más favorables.

Es, en definitiva, un «mosaico de refugios» que permite a las especies aguantar «razonablemente bien» ayudados por la heterogeneidad de este espacio natural, según Zamora, para quien Sierra Nevada tiene todavía mucho que aportar al conocimiento científico como laboratorio natural extrapolable, al menos, al resto de montañas europeas y norteafricanas.

El libro ahora publicado por la editorial Springer, que se suma a esas otras publicaciones científicas, resalta la relevancia de los ecosistemas de Sierra Nevada como laboratorios naturales para entender el funcionamiento de los sistemas ecológicos en escenarios de cambio global, con sus conexiones regionales y globales.

Muestra también hasta qué punto la singularidad del macizo (su posición geográfica, alta endemicidad, variabilidad climática, impacto humano secular, fuertes gradientes ecológicos asociados a la altitud o ecosistemas únicos como sensores de procesos remotos) hace que el conocimiento generado en Sierra Nevada sea de gran interés para la comunidad científica internacional.

Es fruto del trabajo desarrollado en el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada, como espacio de colaboración entre la Universidad de Granada y la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul.

Laboratorio natural, desde 1970 existen más de 800 publicaciones científicas sobre biodiversidad, medio ambiente y aspectos ecológicos de Sierra Nevada en los que han trabajado más de 1.500 investigadores de diferentes centros de investigación de España y otros países.

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